Es su cuerpo de expresión turbadora
fruta dulce, madura, incitadora;
caja de resonancia, blanco estuche,
de una voz serena y cadenciosa,
trémolo grave cual rumor lejano
de volcán en erupción, hondo y arcano;
dichoso sea el hombre que su voz escuche
decirle con inmensa pasión un "te amo"
en el instante que sus manos de princesa,
alisan ellos, sus cabellos, y él las besa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario